11 ago 2011

La felicidad es una idea fundamental







Es el pensador francés más conocido fuera de las fronteras de su país y el más revulsivo y sugerente: no ha renunciado a defender la idea del comunismo y su visión igualitaria del hombre y la sociedad. Su mirada atraviesa toda la problemática contemporánea e ilumina aspectos tan mitificados como las nuevas tecnologías y su aparente ilusión igualitaria. En su último libro avanza sobre la potencialidad del amor y su posible “valor revolucionario”.

Por Eduardo Febbro
Desde París

La figura esbelta, la firmeza juvenil de la voz y el apretón de manos sólido –poco común en Francia– introducen al personaje real de Alain Badiou. Este filósofo original es el pensador francés más conocido fuera de las fronteras de su país. Su obra, extensa y sin concesiones, abarca una crítica férrea a lo que Alain Badiou llama “el materialismo democrático”, es decir, un sistema humano donde todo tiene un valor mercantil. Badiou no ha renunciado nunca a defender un concepto al que muchos creen quemado por la historia: el comunismo.

En su pluma, Badiou habla más bien de “la idea comunista” o de la “hipótesis comunista” antes que del sistema comunista en sí. Según el filósofo francés, todo lo que estaba en la idea comunista, su visión igualitaria del ser humano y de la sociedad, merece ser rescatado. La idea comunista “aún está, históricamente, en sus inicios”, dice Badiou.

El horizonte de su filosofía es polifónico: sus componentes no son la exposición de un sistema cerrado sino un sistema metafísico exigente que incluye las teorías matemáticas modernas –Gödel– y cuatro dimensiones de la existencia: el amor, el arte, la política y la ciencia. Pensador crítico de la modernidad numérica, Badiou ha definido los procesos políticos actuales como una “guerra de las democracias contra los pobres”. El filósofo francés es un excelso teórico de los procesos de ruptura y no un mero panfletista. Badiou convoca con método a repensar el mundo, a redefinir el papel del Estado, traza los límites de la “perfección democrática”, reinterpreta la idea de República, reactualiza las formas posibles y no aceptadas de oposición y pone en el centro de la evolución social la relegitimización de las luchas sociales.

Alain Badiou propone un principio de acción sin el cual, sugiere, ninguna vida tiene sentido: la idea. Sin ella toda existencia es vacío. A sus más de 70 años, Badiou introdujo en su reflexión el tema del amor en un libro brillante y conmovedor que acaba de salir en Francia y en el cual el autor de El ser y el acontecimiento define al amor como una categoría de la verdad y al sentimiento amoroso como el pacto más elevado que los individuos puedan plasmar para vivir.


La “idea” y el “materialismo democrático”

–Usted defiende un principio básico de nuestra inscripción en la existencia, del cual se desprenden también nuestros compromisos políticos: una vida sin ideas no es una vida.
–La verdadera pregunta de la filosofía consiste en saber qué es una vida verdadera, qué es vivir, qué es el destino. Pero la filosofía debe aportar respuestas mínimas a estas preguntas. Mi respuesta, que es a la vez una hipótesis y una conclusión, es que la verdadera vida es una vía que acepta estar bajo el signo de la idea. Dicho de otra manera, una vida que acepta ser otra cosa que una vida animal. En todas las situaciones siempre persiste la voluntad de querer algo y esa voluntad sólo tiene sentido en relación con una voluntad de transformación.

–¿Cómo se inscribe esa idea de la idea en plena dictadura de lo que usted llama “el materialismo democrático”? En suma, ¿cómo existir, con qué idea, en un mundo donde todo tiene forma de producto?
–Ese es el principal problema de la vida contemporánea. Se ha establecido un régimen de existencia en el cual todo debe ser transformado en producto, en mercadería, incluidos los textos, las ideas, los pensamientos. Marx lo había anticipado muy bien: todo es medible según su valor monetario. ¿Qué es entonces una vida bajo el signo de la idea en un mundo como éste? Hace falta una distancia con la circulación general. Pero esa distancia no puede ser creada sólo con la voluntad, hace falta que algo nos ocurra, un acontecimiento que nos lleve a tomar posición frente a lo que pasó. Puede ser un amor, un levantamiento político, una decepción, en fin, muchas cosas. Allí se pone en juego la voluntad para crear un mundo nuevo que no estará a la orden del mundo tal como es, con su ley de circulación mercantil, sino por un elemento nuevo de mi experiencia.


La “idea comunista”

–Usted es uno de los pocos pensadores que aún defienden eso que usted llama “la idea comunista”. Usted pone al comunismo como una ilusión actual.
–Sé muy bien que algunas empresas que se reivindicaron comunistas fracasaron porque no lograron crear el mundo nuevo que pretendían y terminaron provocando daños considerables y situaciones terribles. Tenemos dos opciones: o decimos que esa hipótesis comunista de un mundo que no estaría regulado por la mercadería, el producto, no puede ser realizada, entonces nos resignamos al mundo tal como es; o mantenemos la hipótesis comunista. Si la mantenemos también hay que conservar la palabra. Si de la experiencia histórica sacamos la conclusión de que hay que abandonar la palabra, eso sería un retroceso no necesario. Podemos hacer nuestro propio balance de lo que ocurrió en el siglo XX a partir de la posibilidad de redefinir qué es el comunismo como porvenir posible. Esa es mi elección. Sé que se trata de un trabajo largo, que requiere mucha reflexión y que será más mundial que antes. La primera batalla consiste en mantener la fuerza y el significado de esa palabra.

–¿Qué se puede recuperar, qué se puede volver a leer, de lo que fue con todo un naufragio real en la práctica del comunismo? ¿Qué mensaje hay aún en la idea comunista?
–Creo que podemos volver a lo que el comunismo quería decir no sólo para Marx sino para muchos revolucionarios del siglo XIX. Para ellos, el comunismo tenía un sentido común que era la idea de una sociedad extraída del principio del interés, es decir, una sociedad que no está gobernada por el hecho de que un hombre persigue su interés sino por la idea de la asociación de los hombres. Es esa asociación la que define los proyectos o las metas colectivas. En el siglo XX esa idea se convirtió en la de un Estado todopoderoso que resuelve todos los problemas planteados a la sociedad. Entre la definición del siglo XIX y la del XX hay una enorme distancia.

–¿Qué ocurrió entre las dos?
–La obsesión del poder. Las organizaciones obreras, militantes, revolucionarias, que habían sido aplastadas varias veces en el siglo XIX, se obsesionaron con la idea del poder y la pregunta “¿cómo vencer?”. Hubo dos alternativas a esa convicción: están los que se unieron a la democracia parlamentaria ordinaria con la idea de vencer haciéndose elegir. Pero claro, fueron electos y no cambiaron nada, el mundo siguió siendo el mismo. Del otro lado, están quienes se lanzaron en la organización de la sublevación armada. Pero, lamentablemente, lo hicieron mediante la militarización violenta de la acción política que desembocó en Estados militarizados que resolvían los problemas con la violencia. Hemos llegado de alguna manera a un final porque ni la hipótesis de la vía pacífica y electoral, ni la hipótesis de un aparato estrictamente militar encargado de resolver los problemas políticos condujeron al comunismo según el sentido original del término. Y el problema de la acción política actual es totalmente oscuro. Asistimos a una mundialización capitalista sin freno y, en ella, las fuerzas políticas dan muestras de más debilidad que de fuerza.


La impunidad y la violencia

–Sea cual fuere la situación mundial en la que nos encontremos, en Africa, en Medio Oriente, en Asia, en América latina o en las democracias occidentales, nos enfrentamos a la misma indolencia, al mismo salvajismo, a la misma impunidad, a la misma asimetría por parte de los poderes, la misma violencia.

–Estoy profundamente convencido de que la forma en que la sociedad está organizada a escala planetaria alienta y crea llamados a la violencia. La razón principal radica en que, para el sistema, la realidad humana es la competencia. La idea de Hobbes según la cual el hombre es un lobo para el hombre constituye la convicción profunda de nuestra sociedad. Por esa razón genera violencia constante: la sociedad da el derecho general para que, en su propio interés, se pisotee a los demás. La prensa más ordinaria hace el elogio de esa violencia. Los diarios hablan de cómo tal banco aplastó al otro, de cómo la gente fue expulsada, etc., etc. Eso, dicen, es la vida, la competencia. Pero hay que pagar el precio. Mientras no enunciemos que las sociedades deben construirse en base a la asociación y no a la competencia permaneceremos en el elemento primordial de la violencia. No digo que la violencia va a desaparecer. La sociedad alienta sistemáticamente la violencia y luego se ve obligada a combatirla con una represión terrible. Como la violencia está constantemente incitada, hace falta un aparato policial para controlarla. El resultado es que terminamos agregándole a la violencia social la violencia del Estado. Debemos cambiar los pilares de la existencia colectiva. Pero el ser humano es capaz de otra cosa que toda esa violencia: es capaz de entrega, de amor. Tiene una doble capacidad. Puede ser un animal de competencia pero también un animal altruista, interesado en la acción colectiva, capaz de encarnar ideales, puede ser un enamorado o un científico desinteresado. Saber qué aspecto del ser humano alentamos es una decisión fundamental.

–En el seno de los sistemas políticos occidentales hay algo que se degradó profundamente en el último cuarto de siglo. Esa evolución drástica está perfectamente retratada en dos libros suyos: El Primer Manifiesto por la filosofía, de los años ’80, y el Segundo Manifiesto, publicado el año pasado.

–El Primer Manifiesto recoge las últimas esperanzas del mundo de antes. Pero en los últimos veinte años hubo cosas esenciales que cambiaron, entre ellas, la hegemonía del capitalismo liberal competitivo y violento. Intervino también otra cosa: una suerte de clara complicidad con ese sistema por parte de los intelectuales, incluidos los franceses. Ha sido una forma de decir que no se puede hacer ni esperar otra cosa, que el mundo natural es así. Esto se aceleró con la desaparición de la Unión Soviética y de los Estados Socialistas. En mi opinión éstos ya se habían muerto desde hacía mucho. Su experiencia ya no tenía más fuerza, ya no proponía nada nuevo a la humanidad. Lo cierto es que la desaparición completa de todo eso fue vivida por el capitalismo liberal como una victoria que le abría el espacio del mundo entero para desplegarse. Las formas de violencia y de complicidad intelectual con esa violencia se desarrollaron mucho. Creo que esto se inició a finales de los años ’70. La nueva figura fundamental es que la opinión, en vez de estar drásticamente dividida, es masivamente consensual. Este resultado cambia el horizonte, la perspectiva, de un filósofo. El filósofo es aquel que siempre lucha contra las opiniones dominantes, es decir, las opiniones del poder. Hoy el combate es mucho más complejo y singular que el de los años ’60. En esos años los filósofos críticos y comprometidos políticamente dominaban el escenario intelectual. Eso se dio vuelta. Hoy son los perros guardianes de quienes mandan. Hemos estado, con los años Bush, en una combinación extraordinaria de violencia y de mentiras. En el fondo, los occidentales, la población incluida, fueron culpables porque aceptaron todo eso. Hay que salir de todo esto. La humanidad no podrá continuar en este camino, si no irá hacia su eliminación. Se trata de reconstruir una visión del mundo y de la acción alejada de este horror.

La ilusión tecnológica

–La tecnología forma parte también de esta sociedad, de esta violencia. Las nuevas tecnologías instauraron una suerte de ilusión igualitaria, que es muy molesta, que parece decir en filigrana: puesto que estamos conectados, todos somos iguales. Ahora bien, no hay nada más virtual que esa igualdad. La realidad está presente, las diferenciaciones son patentes, el pensamiento tecnológico contaminó el pensamiento humano.

–La tecnología es la realización de una ideología que existía antes. Creo que es la ideología la que crea la tecnología, y no al revés. Esta falsa concepción de la igualdad es muy antigua. La desigualdad actual considera de forma abstracta que los diferentes individuos son iguales. Se pretende creer que los individuos tienen a su alcance el mismo sistema de posibilidades. La gente no tiene la misma realidad, pero se argumenta que cuenta con las mismas posibilidades. Es la mitología con la cual se decía que en Estados Unidos el vendedor de diarios puede convertirse en millonario y, por consiguiente, es igual a cualquier millonario. Con ese argumento, la única diferencia radica en que uno realizó la posibilidad de ser millonario y el otro no. Hay entonces una concepción tradicional y falaz de la igualdad propia al mundo burgués y competitivo. ¡Todos podemos competir! Esa es la igualdad competitiva. Pero pienso que la tecnología de Internet y la conexión universal son la realización material y tecnológica de esa ilusión igualitaria. Esa ilusión está muy ligada al materialismo democrático porque incluye la idea de que todas las opiniones valen y son iguales. ¡Estamos conectados y lo que yo digo vale tanto como lo que dice otro! Con tal de que las cosas circulen, tienen valor. Eso es falso. Lo real sigue siendo violentamente desigual, competitivo, brutal, indolente. No basta con tener una máquina en la que podamos decir lo que pensamos para acceder a la igualdad. En realidad, cuanto más se expande ese tipo de igualdad ilusoria, menos poder tiene la gente. Observe la crisis que vivimos: estábamos todos conectados y de pronto irrumpió la realidad para decirnos: ¡Atención, de pronto todo se puede derrumbar! La crisis vino a recordar que esta suerte de euforia igualitaria en la cual estábamos era artificial. En el mundo competitivo la igualdad es siempre artificial. Y esa igualdad artificial puede ser una igualdad tecnológica justamente porque la tecnología es un artificio.


La reinvención del amor

–Usted es uno de los pocos filósofos contemporáneos que ha introducido en su reflexión algo único, es decir, el amor. Usted repite a menudo que es preciso reinventar el amor. ¿Cómo se hace eso?

–El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación. Mi idea sobre la reinvención del amor quiere decir lo siguiente: puesto que el amor se refiere a esa parte de la humanidad que no está entregada a la competencia, al salvajismo; puesto que, en su intimidad más poderosa, el amor exige una suerte de confianza absoluta en el otro; puesto que vamos a aceptar que ese otro esté totalmente presente en nuestra propia vida, que nuestra vida esté ligada de manera interna a ese otro, pues bien, ya que todo esto es posible ello nos prueba que no es verdad que la competitividad, el odio, la violencia, la rivalidad y la separación sean la ley del mundo. El amor está amenazado por la sociedad contemporánea. Esa sociedad bien quisiera sustituir el amor por una suerte de régimen comercial de pura satisfacción sexual, erótica, etc. Entonces, el amor debe ser reinventado para defenderlo. El amor debe reafirmar su valor de ruptura, su valor de casi locura, su valor revolucionario como nunca lo hizo antes. No hay que dejar que el amor sea domesticado por la sociedad actual –que siempre busca domesticarlo–. En otros tiempos, las sociedades clericales y tradicionales buscaron domesticarlo por el matrimonio y la familia. Hoy se busca domesticar al amor con una mezcla de pornografía libre y de contrato financiero. Pero debemos preservar la potencia subversiva del amor y apartarlo de esas amenazas. Y ello es extensivo a otras cosas: el arte debe también apartarse de la potencia del mercado, la ciencia igualmente. Allí donde hay un pensamiento humano activo y desinteresado hay un combate para liberarlo de los intereses.

–Usted también dice que el amor es un proceso de verdad.
–El amor saca a la luz lo que es una diferencia. En el amor aceptamos ponernos de a dos para explorar no ya lo que creían los románticos, es decir, la fusión, sino lo que es aceptar la diferencia del otro, aceptarla apasionadamente. El amor es todo lo contrario del individualismo que nos proponen. Se nos propone una soberanía del individuo, pero en realidad el individuo sólo es soberano de sus propios intereses. En cuanto hacemos algo interesante dejamos de ser soberanos. Si realizamos una demostración matemática los otros matemáticos vendrán a verificar que es cierta, dependemos de ellos. En el amor ocurre lo mismo. La soberanía es compartida con la presencia del otro. La idea de la soberanía individual es pobre porque excluye las actividades interesantes de la vida humana. El individuo se vuelve creador cuando acepta dejar de ser soberano.

–¿Qué le queda a una pareja enamorada en un mundo como éste? ¿La revuelta, la música, la poesía, el sexo, la indiferencia, la violencia, la sabiduría? ¿Cuáles son los ejes de una emancipación positiva frente a esta máquina infernal que es el mundo?

–En la situación de crisis y de desorientación actual lo más importante es guardar las manos sobre el timón de la experiencia que estamos llevando a cabo, sea en el amor, en el arte, en la organización colectiva, en el combate político. Hoy, lo más importante es la fidelidad: en un punto, aunque sea en uno solo, hay que tratar de no ceder. Y para no ceder debemos ser fieles a lo que pasó, al acontecimiento. En el amor hay que ser fiel al encuentro con el otro porque vamos a crear un mundo a partir de ese encuentro. Claro, el mundo ejerce una presión contraria y nos dice “cuidado, defiéndase, no se deje abusar por el otro”. Con eso se nos está diciendo “vuelvan al comercio ordinario”. Entonces, como esa presión es muy fuerte, el hecho de mantener el timón hacia el rumbo, de mantener vivo un elemento de excepción, es ya extraordinario. Hay que pelear por conservar lo excepcional que nos ocurre. Después veremos. De esa forma salvaremos la idea y sabremos qué es exactamente la felicidad. No soy un asceta. No estoy por el sacrificio. Estoy convencido de que si logramos organizar una reunión con obreros y ponemos en marcha una dinámica, si podemos superar una dificultad en el amor y nos reencontramos con la persona que amamos, si hacemos un descubrimiento científico, ahí empezamos a comprender qué es la felicidad. La felicidad es una idea fundamental.


Fuente Pagina 12



18 may 2011

Esta sonrisa hermana, fue para ti que lo premiaste siendo Alcaldesa... gracias por todo y hasta siempre gran CID!!!



El Tiempo, La Muerte, La Lucidez. Por Gustavo Gorriti  http://es.scribd.com/doc/54134844/El-Tiempo-La-Muerte-La-Lucidez-Por-Gustavo-Gorriti


Después de una larga batalla por la vida, nos está abandonando. Por Carlos Tapia
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/carlos-ivan-degregori_84665.html

Carlos Iván en mi memoria. Por Javier Torres
http://www.noticiasser.pe/18/05/2011/ubigeo/en-edicion 


Adiós al maestro Carlos Iván Degregori. La Mula
http://redaccion.lamula.pe/2011/05/18/adios-a-carlos-ivan/esteban2500 


La Municipalidad Metropolitana de Lima dispone que el Pabellón nacional ondee a media asta en el Palacio Municipal en señal de duelo. http://www.munlima.gob.pe/Publicacion/Publica.aspx?nid=2499&t=Carlos-Ivan-Degregori-recibio-homenaje-de-la-Municipalidad-Metropolitana-de-Lima 


¡Que falta nos vas a hacer Carlos Iván Degregori! Por Carlos Basombrío
http://compartidoespacio.blogspot.com/2011/05/carlos-ivan-degregori-carlos-basombrio.html 



Carlos Iván Degregori. Por Sinesio López Jiménez http://blog.pucp.edu.pe/item/133202/carlos-ivan-degregori 


Gracias, Carlos Iván. Por Santiago Pedraglio http://www.bajolalupa.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2227:gracias-carlos-ivan&catid=122:santiago-pedraglio&Itemid=162


El último adiós al maestro Carlos Iván Degregori  
http://lamula.pe/2011/05/20/el-ultimo-adios-al-maestro-carlos-ivan-degregori/danae


Qué difícil es despedirse de Carlos Iván Degregori - Por Paola Ugaz http://lamula.pe/2011/05/20/que-dificil-es-despedirse-de-carlos-ivan-degregori/lamula


“En política nadie dio la talla en el Perú” – Entrevista de Pedro Escribano http://www.larepublica.pe/impresa-domingo-2011-05-22-pag22


Hasta volvernos a encontrar - Por Rocío Silva Santisteban http://www.larepublica.pe/impresa-domingo/hasta-volvernos-encontrar-2011-05-22 


Recuerdos de Carlos Iván Degregori – Por Víctor Caballero http://www.noticiasser.pe/23/05/2011/opinion/recuerdos-de-carlos-ivan-degregori



Homenaje de alumnos y ex alumnos de la escuela de antropología de San Marcos. 23 de mayo de 2011.

CID - Homenaje a Carlos Iván Degregori 1/2  http://www.youtube.com/watch?v=P83K-cRhaxY&feature=player_embedded  CID - Homenaje a Carlos Iván Degregori 2/2  http://www.youtube.com/watch?v=qUzGGdvzpPw













Carta a CID al mes de su muerte


luis felipe degregori



La verdad, nunca pensé en tener un blog, vine a ver a Paola por la posibilidad de continuar con el blog de Carlos Iván, mi hermano, y en un par de minutos, con un poder de convicción increíble y sin hacer absolutamente ningún esfuerzo, me convenció que yo también debía tener mi propio blog además de seguir con el de mi hermano y aquí estoy, inaugurando “el lugar sin límites” haciendo público el texto que leeré hoy en la misa conmemorando el mes del fallecimiento de CID.
Este texto, muy sentido, no va en concordancia con lo que dice de mí la “sumilla” de presentación del blog, pero este también soy yo, en otra faceta. Los próximos textos que publique, si es que lo hago, irán más de acuerdo a lo que dice de mí la “sumilla” que es la parte, tal vez oculta, que quisiera compartir en “el lugar sin límites”
Aquí va pues mi primer texto, me tiro a la piscina sin haber visto antes si tiene agua o no, pero no importa, no tengo mucho que perder.
Quisiera agradecer a todos su presencia y tomarme unos minutos para hablar, no son tan pocos, por lo que les pido paciencia.
Mis palabras en el funeral de mi hermano fueron breves y muchas cosas se me quedaron por decir, agradecer a mi familia en nombre de Carlos Iván, a nuestra familia de sangre, a mi madre por su extraordinaria fortaleza, a Gonzalo que nunca escatimó un minuto con tal de ayudar, a Daniela y José Carlos, a Vilma, Gladys, Olga, Doris, a Alicia que no obstante sus dificultades fue al funeral a Nanci, Rocío, a Martín que con tanto cariño ha acompañado a mi madre, a Cecilia y Lucho a Liliana por sus flores a mi cuñada Catita y a mi primo Telmo a quienes vi después de años y a todo el resto de nuestra familia cuyos nombres no he mencionado. Luego, con igual importancia, agradecer a la familia de afecto de mi hermano, a los amigos que tanto lo han acompañado y ayudado, a Rosa y Pablo, a los de los desayunos del domingo, a Maggy que junto con Gonzalo y Pablo, muchas veces hicieron lo que yo como hermano debía hacer, a Denis, Jaime, Maritza y Maritsita, Bruno, Isabel, Carlos a la china que preparó el “Huevo Chimbo” que fue lo último que mi hermano comió, a Adriana su ahijada tan querida a Cecilia, Tito, Lucia, Jurgen, Salomón, Rafo y Rafito a Lucha, Rodrigo, Edilberto, Uli, Jean, Peter, Julio, Sinecio, Nelson, Javier, Susana, Josef, a Jenny y Patricia, nuevamente a Pablo y a José Carlos que lo ayudaron a poder terminar sus libros ya casi al final, a sus sobrinos de cariño Gabriela y Juan Carlos a Héctor y Hugo, a Delfina a Miguel y todo su grupo, a Paloma, Adriana e Iván a Gustavo, Gastón y Luis, a los que desde lejos llamaban, a Lucha María, Patricia, Edwich , José Luis , Nora , Daniela, Marisol , Becky, a todos sus alumnos a Iván y Keila, a todos sus asistentes, a Lourdes, nuevamente a Rosa a Gabriel, Renzo, Tamia a todos sus colegas que lo ayudaron a realizar sus trabajos, A todos sus compañeros del IEP que tan bien lo trataron siempre y ayudaron generosamente durante su enfermedad, desde Roxana en la Dirección Hasta Fredy en la recepción, absolutamente a todas y todos ellos, a Miguel, Fernando y todas las y los doctores y enfermeras que lo atendieron durante estos dos años y medio de enfermedad, y a todos sus amigos que no he mencionado, a sus amigos sencillos, humildes como él, no a los pobres de espíritu que por haber adquirido un efímero poder dejan de contestar el teléfono, Carlos Iván fue muy respetado, admirado, querido y nunca dejó por eso de atender a nadie que lo necesitara, hay que seguir su ejemplo.
A continuación quisiera leer un texto escrito por Rebeca Lichtenfeld una gran amiga que ayudó mucho a Carlos Iván ella lo escribió para ser leído en su funeral y no fue posible, este es el texto:
Conocí a Carlos Iván cuando trabajé como su asistente en los estados unidos, en un proyecto sobre la memoria y la violencia política. Rápidamente se convirtió en mi mentor querido, amigo, familia, maestro e inspiración. Todo lo que él ha enseñado vivirá dentro de mí y cientos de otras personas, jóvenes y viejos. Su gracia, su positividad, el humor, la flexibilidad y la capacidad de ver la belleza donde nadie más podía, siempre me guía. Yo tuve la suerte de pasar unos dí¬as con él hace apenas unas semanas y para siempre yo guardaré en mi recuerdo esos momentos. Mi corazón está con ustedes hoy, aunque no puedo estar con ustedes en Lima, y Estoy muy agradecida a su familia por permitirme compartir unas pocas líneas de un poema de William Blake, que me recuerda mucho a Carlos Iván. Él nos ha enseñado “a ver un mundo en un grano de arena, y un cielo en una flor silvestre, sostener el infinito en la palma de su mano y la eternidad en una hora.” Nos deja como vivía su vida con dignidad y gracia. Les mando todo mi amor y un deseo de poder estar allá con ustedes hoy para celebrar su vida.
Finalmente quisiera también hacerle unos pedidos a mi hermano y leer una carta que le he escrito que es muy personal pero tal vez el leerla aquí alivie mi espíritu, al final de la misa, cuando estén saliendo, si las facilidades técnicas lo permiten, mi hermano y yo les dedicaremos una canción de Joaquín Sabina como agradecimiento por haber venido.
El pedido es el siguiente:
Quisiera hermano que nos ayudes a mi madre y a mí a sobrellevar tu ausencia, que me ayudes a ser siempre justo y nunca dejarme corromper, que guíes el camino de tus sobrinos Daniela y José Carlos y de tus sobrinas nietas Laura y Ema, que ayudes también a Carlín a que encuentre su camino en la vida. Y que, si estas en alguna parte hermano, escuches esta carta que te he escrito.
El epígrafe es el que él ponía en sus últimos escritos, es de una canción de Paco Ibáñez basada en un poema de Gabriel Celaya.
“Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades, las bárbaras terribles, amorosas crueldades, amorosas crueldades”.
Y la carta dice así
Querido hermano
Quisiera que me perdones, si es que te fallé, en tu penúltima noche de vida, la última que pasaste aún consciente y lúcido, cuando ya te habías puesto mal y estabas sufriendo mucho yo le dije a la enfermera que te ponga una dosis adicional de morfina, como lo habíamos hecho varias veces antes, tú, mirándome a los ojos me preguntaste ¿y ese es ya el final? Y yo creo que falté a nuestro pacto de decirte siempre la verdad, no tuve el valor para decirte que sí, que ese era ya el final y no me despedí de ti en ese momento, diciéndote la verdad debí besarte, abrazarte fuerte, decirte que no tengas miedo, como lo había hecho otras veces, que todo estaría bien, que descanses, que estés tranquilo que nada iba a pasar, que muchas personas te querían y no lo hice hermano y ahora ya es imposible hacerlo, creo que te dije que no, que no era el final, que era para que descanses, es que la verdad hermano yo no sabía realmente si ese era el final o no, comprende eso y perdóname por qué no me quedé toda la noche contigo, abrazándote, acompañándote, me fui a dormir, comprende que al día siguiente tenía que estar bien, había que hacer muchas cosas que sólo yo podía hacer, por eso me fui a dormir hermano, perdóname, para que tu rostro preguntándome si era ya el final salga de mi mente y pueda dormir en las noches, para que no siga pensando que tampoco me despedí de ti en el momento de tu muerte, sólo te besé y dije que te vistan, no te abrasé fuerte y te dije adiós hermano, descansa en paz, no lloré, es que el de la funeraria me esperaba abajo hermano compréndeme y perdóname para que en algún momento deje de pensar que no me despedí de ti, que no te besé que no te abrasé, que no te acompañé y que logre dormir hermano, ya no puedo pasar más tiempo sin dormir, si estás en algún sitio ayúdame a dormir y a dejar de pensar en contarte cualquier cosa que me pasa y luego darme cuenta que ya no lo puedo hacer, ayúdame a dejar de pensar en reenviarte cualquier correo interesante y luego darme cuenta que ya no lo vas a leer, que ya no estás, finalmente ayúdame hermano a terminar de una vez por todas con las actividades relacionadas con tu muerte, para sentirme libre de poder derrumbarme y llorarte todo lo que hasta ahora no he podido.
Te quiere y extraña
Felipe
GRACIAS
La letra de la canción que sonará al final de la misa es la siguiente:
“Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas, que las persianas corrijan la aurora, que gane el quiero la guerra del puedo, que los que esperan no cuenten las horas, que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando, que el escenario te tiña las canas, que nunca sepas ni cómo ni cuando, ni ciento volando, ni ayer ni mañana.
Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de boda, que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras, que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras, que no se ocupe de ti el desamparo, que cada cena sea tu última cena, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena, que no te compren por menos de nada, que no te vendan amor sin espinas, que no te duerman con cuentos de hadas, que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de boda, que no se ponga la luna de miel.
(coro final)
Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas miel
FIN

21 abr 2011

Los 100 primeros días de la tía regia

En DEDOMEDIO ... la verdad aunque te duela


Ni bien llegó al municipio decidió dedicarse a cuestionar lo hecho por la gestión anterior. En conferencias de prensa detalló el mal uso de los fondos públicos, recusó lo hecho por su antecesor y desactivó programas emblema que la población identificaba con el ex alcalde, reemplazándolos por nada. No, no hablamos de Susana Villarán. Estamos recordando los primeros cien días de la gestión de Luis Castañeda, quien ni bien pisó el palacio edil, desechó el informe Bratton, acusó a Andrade de dejar deudas por S/. 350 millones, suspendió la Bienal de Lima y dejó que retornen los ambulantes al Mercado Central y Barrio Chino. ¿Al mes siguiente se puso al día? Si retirar la estatua de Francisco Pizarro y a tomarle fotos a los meones de la ciudad cuenta, considéralo. 


Entonces, ¿Susana Villarán está haciendo lo mismo que hizo Castañeda cuando empezó? Según la nueva gestión, no es el caso, pues aseguran que se está trabajando. Veamos…